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Campesinos, los Gracos y las consecuencias de la expansión romana

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ROSENSTEIN, N., 2004, Rome at War. Farms, Families, and Death in the Middle Republic, The University of North Carolina Press, Chapel Hill and London.

La evolución del campesinado romano durante la República es uno de los elementos claves para entender la historia de Roma. Especialmente después de la Segunda Guerra Púnica. Las implicaciones de ésta y como afectó al campo itálico han generado una visión que ha tenido una fuerte influencia en las interpretaciones políticas y económicas de la fase final de la República. A continuación, resumiremos algunos de los principales puntos de esta tesis y sus implicaciones.

La presencia de Aníbal en la Península Itálica arruinó a la mayor parte del campesino itálico que se refugió en Roma. Provocando su crecimiento y, a su vez, generando una población “parasitaria” que dependía de numerosas exportaciones de trigo de fuera. Finalmente, una buena parte de estos formarían parte de los ejércitos de la Tardo-República, dependientes de las recompensas y concesiones de tierras que sus generales podían hacerles. No fue el único elemento que arruinó al campesinado. Las largas campañas en el exterior habrían provocado que muchos de los soldados no pudiesen sembrar y, por lo tanto, habrían caído en la ruina.

Esto se habría unido a la creciente importación de esclavos debido a las numerosas conquistas. Éstos reemplazarían a los pequeños propietarios con la aparición de los grandes latifundios esclavistas. Éstos, en manos de los ricos, crecerían a expensas de los pequeños agricultores que, o bien no regresarían al morir en las guerras, o, al volver, verían su campo arruinado al no haberlo podido cultivar.

Todos estos elementos dejaron una serie de consecuencias a nivel político de primera magnitud. La más conocida es la de los Gracos que, viendo un campo abandonado, intentaron conseguir la repartición del Ager Publicus para conseguir que Italia no se quedase sin soldados.

No es la única conclusión y nota de cambio social que se ha derivado de esta premisa. Por ejemplo, el aumento de autonomía y de independencia de la mujer se ha asociado a éstas conquistas en donde los hombres y padres estarían alejados de casa o morirían legándoles a ellas muchos de sus bienes.

En cierta forma, no deja de ser una excelsa paradoja moral todo el proceso que sigue a la expansión romana: la ambición de conquista arruinó a los soldados que la hacían factible y creó el problema que provocaría la ruina de la República. Esta visión, propuesta por Toynbee y ampliada por Brunt ha seguido hasta la actualidad con una enorme vigencia. No ha sido hasta la aparición del libro de Rosenstein que nos hemos encontrado con una interpretación diferente de la problemática sobre la reforma de los Gracos.

Rosenstein aborda un estudio desde diferentes ópticas. En primer lugar considera hasta qué punto repercutía sobre los soldados su ausencia en tiempos de siembre. En segundo lugar, analizaba los hábitos culturales de las familias de campesinos como pueden ser la edad de casamiento, la edad de reclutamiento, las necesidades en cuanto a aportaciones calóricas de una familia y su capacidad de trabajo. En tercer lugar, analizaba la problemática de las muertes de los soldados en batalla. En el cuarto capítulo, sintetizaba las evidencias encontradas y planteaba una nueva visión sobre la problemática de los Gracos.

Sus conclusiones son sorprendentes: los Gracos se equivocaron. El problema de Roma era una sobrepoblación y una falta de tierra producida por dinámicas demográficas internas. En cierta forma, exoneraba a la aristocracia de haber arruinado al campesinado con sus campañas en el exterior. No es el único lugar en donde plantea una nueva visión. Por ejemplo, considera que el papel de los esclavos ha sido muy exagerado pues, para alcanzar algunas de las cifras propuestas, habría significado que Roma tendría que capturar más esclavos de los que ya tenía solo para conseguir que éstos mantuvieran su número.

Quizá el punto más interesante es que resalta el delicado equilibrio entre las dinámicas internas de las familias de campesinos y el sistema de reclutamiento. De este modo, los hombres se casaban, mayormente, a los treinta años. Lo que coincidía con la fecha en que solían dejar de servir en el ejército. Esto significaba que cuando eran reclutados era el momento en que su familia menos dependía de ellos (siempre en un caso normal). Eso hacía que su ausencia tuviese un impacto menor. Este equilibrio garantizaba una capacidad de reclutamiento continuado y tenía poco impacto dentro de la sociedad. Es interesante este elemento pues significa que cuando un soldado volvía del ejército aún se tenía que casar.

Otro elemento de gran importancia es la idea que hasta la Guerra Anibálica los soldados recibían un permiso para atender sus cosechas. La distancia y la dureza de las guerras posteriores acabarían con esta práctica y provocarían una crisis. Como muy bien resaltado Rosenstein, la distancia ya era un factor importante en el siglo IV aC en la conquista de la Península Itálica. Tampoco, a nivel estratégico, tendría sentido el licenciamiento de las tropas durante el invierno cuando precisamente encontramos ejemplos que nos indican la presencia de tropas en activo incluso en el siglo IV aC. Estos factores llevan a considerar que este aspecto ha sido mal interpretado o, como muestra en el análisis de diversas evidencias usadas por otros autores, inventados. En esencia nos encontramos con un análisis, hasta el momento, en donde no existía una consideración sobre lo que significaba logísticamente un ejército. No nos debe extrañar que se considerase que la capacidad de desbandar y volver a unir ejércitos fuese algo viable al no tener presente el coste a nivel de equipo, manutención y, sobre todo, de importancia estratégica de unas medidas de este tipo. Por no hablar de las consideraciones a nivel de disciplina. Como indica Rosenstein, la siembra no era un momento fijo, podía variar y ¿qué soldado abandonaría a su familia cuando su supervivencia estaba en juego? Finalmente, una medida de este tipo permitiría una enorme ventaja al ejército rival.

En definitiva, el trabajo de Rosenstein, de nuevo como ya indicamos en otra reseña, aporta una visión tremendamente interesante y que, debería, hacer que muchas concepciones, visiones y modos de interpretar la guerra y sus consecuencias dentro del mundo romano fuesen revisados.

Written by pauvm

13/01/2012 a 9:34

Publicado en Historia, Reseñas, Roma

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